Tener físico y muñeca privilegiados constituye un arma letal para cualquier jugador de baloncesto. El bosnio Mirza Teletovic es un ala-pívot rocoso que posee un maravilloso tiro triple, es decir, es un ‘cuatro’ abierto. Llegó como un auténtico desconocido la temporada pasada a Vitoria procedente del Telindus Oostende belga para ocupar la cuarta plaza interior. Con 21 años y mucho talento potencial por explotar le trajo el club presidido por Josean Querejeta como una apuesta personal de futuro. Así pues, el público esperaba presencias residuales de este jugador en cancha y que poco a poco fuera formándose.
Sin embargo, Perasovic se vio forzado a darle bastantes minutos a Teletovic sobre todo a principio de temporada, cuando Scola era baja por lesión. El bosnio sorprendió a propios y extraños cuajando magníficas actuaciones en las que su tiro de tres puntos causó estragos y en defensa se fajaba con enorme intensidad. Cuando había que dar palos, Mirza no se cortaba. Lo que sí se le notaba eran sus dificultades a la hora de defender a ala-pívots o aleros altos por su torpe desplazamiento lateral. Con la recuperación de toda la batería interior, Teletovic fue contando con menos minutos, aunque tuviera una ración bien hermosa para un jugador cuya presencia se suponía que iba a ser testimonial.
El juego del ala-pívot no cambió y el público apreció cómo era un jugador interior que ofensivamente se limitaba a lanzar triples, sin aprovechar las ventajas que podía otorgar su físico en las penetraciones. Que en el cómputo de toda la liga regular sólo lanzase 14 tiros libres dice mucho de Teletovic y de su patología: la alergia a la pintura.
A partir de que Perasovic se viera forzado a abandonar el club, Teletovic dejó de disfrutar de minuto alguno, salvo en ocasiones aisladas, tanto con Natxo Lezkano como con Bozidar Maljkovic. Estos entrenadores le pedían que jugase por dentro y ahí Mirza no se mostró muy virtuoso. Sin duda es una capacidad en su juego que debe mejorar, como él mismo ha declarado. Eso sí, este año le estamos viendo mucho más decidido a hacerlo. ¿Su forma de jugar se basaba en exigencias tácticas de sus entrenadores o ha habido un cambio en su actitud? ¿Le pedían sus anteriores entrenadores a Mirza que jugase más interior? ¿O era éste quien se “acomodaba” a la línea de 6,25?
Aunque este año con Neven Spahija la situación parece haber cambiado. El preparador croata parece haber asumido cómo puede obtener mejor rendimiento de Teletovic y ha adaptado su juego a la perfección en los sistemas del equipo. A Spahija le gusta jugar con los jugadores bien abiertos para dejar un gran hueco en la zona, de la que tanto Splitter como McDonald, pívots natos, deberán sacar petróleo.
Sin embargo, Perasovic se vio forzado a darle bastantes minutos a Teletovic sobre todo a principio de temporada, cuando Scola era baja por lesión. El bosnio sorprendió a propios y extraños cuajando magníficas actuaciones en las que su tiro de tres puntos causó estragos y en defensa se fajaba con enorme intensidad. Cuando había que dar palos, Mirza no se cortaba. Lo que sí se le notaba eran sus dificultades a la hora de defender a ala-pívots o aleros altos por su torpe desplazamiento lateral. Con la recuperación de toda la batería interior, Teletovic fue contando con menos minutos, aunque tuviera una ración bien hermosa para un jugador cuya presencia se suponía que iba a ser testimonial.
El juego del ala-pívot no cambió y el público apreció cómo era un jugador interior que ofensivamente se limitaba a lanzar triples, sin aprovechar las ventajas que podía otorgar su físico en las penetraciones. Que en el cómputo de toda la liga regular sólo lanzase 14 tiros libres dice mucho de Teletovic y de su patología: la alergia a la pintura.
A partir de que Perasovic se viera forzado a abandonar el club, Teletovic dejó de disfrutar de minuto alguno, salvo en ocasiones aisladas, tanto con Natxo Lezkano como con Bozidar Maljkovic. Estos entrenadores le pedían que jugase por dentro y ahí Mirza no se mostró muy virtuoso. Sin duda es una capacidad en su juego que debe mejorar, como él mismo ha declarado. Eso sí, este año le estamos viendo mucho más decidido a hacerlo. ¿Su forma de jugar se basaba en exigencias tácticas de sus entrenadores o ha habido un cambio en su actitud? ¿Le pedían sus anteriores entrenadores a Mirza que jugase más interior? ¿O era éste quien se “acomodaba” a la línea de 6,25?
Aunque este año con Neven Spahija la situación parece haber cambiado. El preparador croata parece haber asumido cómo puede obtener mejor rendimiento de Teletovic y ha adaptado su juego a la perfección en los sistemas del equipo. A Spahija le gusta jugar con los jugadores bien abiertos para dejar un gran hueco en la zona, de la que tanto Splitter como McDonald, pívots natos, deberán sacar petróleo.
Si además Teletovic consigue mejorar su juego bajo aros, perfecto. Desde luego, ir puliendo a este portento físico es todo un reto para Spahija y resultaría muy beneficioso para el propio juego del equipo. La intensidad defensiva, el lanzamiento exterior y los huecos para los pívots están garantizados. Esperemos que durante este año también vayamos “ganando” un jugador interior que bien podría hacer falta en caso de que los otros dos pívots natos tuvieran problemas con faltas o lesiones.
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