sábado, 23 de agosto de 2008

Mercaderías y despensas: ¿cambio de ciclo?

Hasta hace un par de temporadas, el Baskonia ha ido sustentando su crecimiento gracias a su carácter de club vendedor. Esto quiere decir que, ante la falta del presupuesto necesario para fichar estrellas a nivel europeo, la secretaría técnica azulgrana tenía que encontrar en lugares recónditos promesas del baloncesto de dos tipos. El primero de ellos son los "fichajes-milagro", jugadores totalmente desconocidos, que no habían destacado anteriormente en ningún lugar, por los cuales se apuesta fuertemente y ofrecen un enorme rendimiento. Arvydas Macijauskas, Pablo Prigioni o Mirza Teletovic son algunos ejemplos.

Las inversiones a medio plazo son los otros tipos de fichajes. Se buscaban jóvenes perlas en cualquier parte del planeta a las que se les daba una formación en el mismo club baskonista o se les cedía para que en un plazo medio de unos 3-4 años pudieran llegar al primer equipo como miembros importantes. Nicola, Ramón Rivas, Calderón, Nocioni, Scola, Splitter... son tal vez las caras más ilustres de estos jugadores a los que me refiero.

Éstas son las dos fórmulas a las que se ha acogido la directiva liderada por Querejeta para ir empujando el morro gasteiztarra entre las mayores potencias baloncestísticas europeas. No había otra posibilidad. El Baskonia era un club con pocos recursos económicos que si quería ser competitivo debía hacer las cosas mejor que los demás, fichando mejor. Todo este proceso ha desembocado en lo que es hoy en día el club alavés, cuyos resultados le confirman como uno de los más grandes del continente. Y todo, no olvidemos, siendo uno de los escasos clubs sin sección de fútbol por detrás.

Pero algo ha cambiado. Cada vez resulta menos extraño ver cómo el Tau se anima a pagar cláusulas para hacerse con los servicios de algún jugador, ver que en un club económicamente modesto hasta hace nada se empiezan a hacer contratos con cifras mastodónticas, aunque no al nivel de locura que este año se está presentando en algunos clubes europeos.

Entrando al fondo de la cuestión, hasta el momento son tres los productos que el club tiene por pulir para asegurar su futuro. Parece que el que más brillo tendrá es el que más tarde veremos, Matías Nocedal. Stanko Barac y Goran Dragic son los otros dos. Todos ellos han sido fichados jóvenes y están pasando por sucesivas cesiones hasta llegar a la primera plantilla. Esta temporada, con Dusko, Barac y Dragic iban a formar parte del equipo campeón de liga, aunque Phoenix Suns parece dispuesto a que eso no sea así pagando un pastizal por el base esloveno.

Más allá del rendimiento que pudieran dar los balcánicos este año o de discutir si el desembarco de Dragic en la NBA es acertado o no, el Tau se ha encontrado en la situación de que su factoría está vacía, únicamente ocupada por Nocedal, y más después de la marcha de Ander Arruti. Quién sabe si estos jugadores se convertirán en nuevos Nocionis o Scolas.

La pregunta es si el Baskonia se ha olvidado de su modelo de crecimiento de los últimos años ante la ausencia de nuevos prometedores jóvenes y se ha convertido en un club comprador.

Por cierto que según la encuesta de este blog la presencia de Dragic y Barac en el primer equipo parece sembrar dudas en el baskonismo. Por el esloveno ya no será.