Raza, rebote y Rakocevic

Ayer disfruté como hacía bastante que no lo hacía en el Buesa. También tuve 20 minutos en los que quería que mi equipo fuera el Joventut y no el Baskonia. En ese periodo se vio al Baskonia de la época de crisis, tierno en defensa, con un Prigioni desquiciadísimo y con Splitter como único baluarte. Planinic tampoco lo estaba haciendo mal, aunque no estuviera muy acertado en el tiro. 47 puntos en contra al descanso.

La 'Penya', espoleada por un Rudy indefendible, era todo lo contrario. Los constantes cambios ordenados por Aíto pusieron el listón muy alto, pero en la segunda mitad de poco sirvieron. El Baskonia tiró de orgullo y no dejó anotar en todo el tercer cuarto más que una canasta en juego al Joventut. Pero la reacción tuvo un nombre propio. El nombre de alguien con quien la gente no suele ser justa y al cual considero al jugador con mayor calidad individual del equipo. Igor Rakocevic estuvo majestuoso y acertó en absolutamente todas sus intervenciones.

Supo cuándo tenía que jugársela, cuándo penetrar o cuándo buscar la falta. Con un estilo diferente, me recordó a esos partidos en los que Txapu Nocioni arengaba a sus compañeros y los metía en el partido. Su calidad y puntos hicieron creer a los baskonistas que el partido se iba a ganar. Cuando nadie sabía lo que hacer, Rako desatascaba y mostraba el rumbo a sus compañeros. Lo hizo con verdadero carácter.

Pero un jugador solo no puede ganar un partido, menos ante el conjunto que mejor ha jugado en Vitoria este año junto al CSKA. Vidal fue el de hace dos años y ató a Rudy en la medida de lo posible, Splitter relució en las dos pinturas y Teletovic cumplió en todo desde la oscuridad (sí, se ha archirrepetido, pero este chico ha crecido mucho).

Se notó que volver a contar con 10 jugadores no es lo mismo que jugar con bajas. El Baskonia se transformó en el Joventut en la segunda mitad y fue quien asfixió al final y quien se aprovechó de la aportación de todas las rotaciones, pues la totalidad de los jugadores aportaron algo. Las excepciones fueron Muoneke, que como es lógico anduvo algo perdido, y McDonald. Error al no apoyarle porque este jugador es bastante aprovechable y, como Spahija, yo tampoco vi una falta de actitud. Es más, diría que sus dos faltas fueron fruto del exceso de ímpetu.

Me gustó el triunfo y me gustó que se ganara con la aportación de todos, hasta Jasaitis, después de que Rakocevic hiciera creer. Pero lo que también me ha hecho tener más respeto a este equipo es que por fin ha sabido administrar una ventaja no amplia al final del partido. Ya era hora de meter los tiros libres y de dejar de tener miedo a ganar. Después de vencer al Grupo Capitol Valladolid en la prórroga, este fantasma parece ir desapareciendo.

Grande Baskonia

Mouneke por Johnson por Singleton

Tenemos un nuevo miembro en el equipo. Aún no tengo claro si es estadounidense o nigeriano, ni tan siquiera si es bueno, aprovechable o un paquete. Y también sé que no ocupará plaza de extracomunitario pese a ser nigeriano-estadounidense, pero tampoco lo entiendo. Sí entiendo la llegada de un ala-pívot físico, que es lo que Mouneke debe ser y era lo que faltaba y se buscaba en el Baskonia.

Llega después de que el club cerrara la puerta a una renovación de Linton Jonhnson III, una decisión compartida por la mitad de quienes votaron en la anterior encuesta de este blog. Aunque hay un 41% de votantes que se habría quedado con el norteamericano hasta que el club hubiera atado un sustituto, Mouneke. La verdad es que al determinar la salida de Linton el Baskonia no sabía por dónde mirar. Sólo hubo una persona de las que votó que se hubiera quedado con Johnson hasta la vuelta de la cuarta pata de este Baskonia, James Singleton. La intensidad del alero reconvertido a 'cuatro' sería lo que le determinó a votar por ello.

El sustituto pasó por el Baskonia con más pena que gloria, casi un mes lesionado y con un rendimiento no muy bueno. La intensidad que ponía en los encuentros era muy alta e incluso era capaz de anotar desde el exterior, pero los rivales más poderosos físicamente se lo comían. Parece que con Gabe Mouneke no será así. Con suerte, aunque recomiendo que es mejor no confiar en los trámites burocráticos, veremos al afroamericano debutando en Sevilla. Sea bueno o sea una castaña, es una buena noticia.

Will McDonald - 'Señor de la zona'

William Dubois McDonald es un claro pívot, fuerte y que mide 2,06 metros. Su principal característica es la tremenda efectividad y su calidad en el poste bajo, donde su corpulencia, movimientos de espaldas y tiro a una mano hacen mucho daño. Pero esto es lo que puede llegar a ser (y ha sido en Gran Canaria y Estudiantes) y no lo que está siendo en el Baskonia. Ahora mismo, el caso de este jugador me parece el más sangrante y olvidado de cuantos hay en el equipo azulgrana, Jasaitis aparte. ¿Por qué correr una carrera con un Peugueot teniendo un Porsche en el garaje?

Después de confirmarse la marcha de Luis Scola, el Baskonia necesitaba como el comer el fichaje de un jugador interior anotador. No para sustituir al irremplazable capitán pero sí para minimizar el impacto de su pérdida, sobre todo en lo que se refiere a talento ofensivo en la pintura. El “Gabinete Querejeta” se movió rápido y el primer jugador al que ató de cara a esta temporada fue el de Will McDonald. Para mí, acertadísimo fichaje con el que el Baskonia aseguraba una amenaza ofensiva y con hambre de hacer cosas importantes y ganar títulos. Además, confieso, las exhibiciones que este jugador realizaba siempre ante los nuestros me conquistaron.

Bien es cierto que su comienzo como jugador baskonista no fue el ideal por motivos extradeportivos y por lo que le costó coger el tono físico. El recién nacido diario Público quiso entrar en el panorama de la prensa escrita española por la puerta grande asegurándose el descubrimiento de un escándalo al denunciar un supuesto matrimonio de conveniencia de McDonald con su mujer para adquirir la nacionalidad española. Llegó hasta tal punto la situación de acoso mediático y de una asociación de jugadores españoles encabezada por Joe Llorente que el club hasta tuvo que apartar al jugador por cautela en la disputa de la final de la Supercopa. Esto no viene al caso, pero quiero denunciarlo: si alguien comete fraude lo debe decir un juez y no una asociación de jugadores españoles, compañeros de profesión. Me recuerdan en cierta medida al canon de la SGAE.

Una vez se metió en el equipo parecía que el norteamericano explotaría. Pero no fue así. Su presencia en cancha no se fue incrementando sino que se estancó, y después de 13 jornadas de ACB disputadas, McDonald promedia 18 minutos. Sí, Splitter tuvo un rendimiento genial, pero también ha tenido un bache de juego. Y Spahija es un tío que piensa que si algo va bien, ¿por qué cambiarlo? No importa que Will tenga un porcentaje acumulado del 67% en tiros de dos. El entrenador croata opina que tanto Splitter como McDonald son ‘cincos’ claros y los ve incompatibles. Por ello, no coinciden nunca en cancha aunque la rotación del equipo sean siete jugadores y Teletovic tenga que jugar los cuarenta minutos. Para poder lograr esta efectividad McDonald conjuga una buena muñeca cerca del aro y una contundencia como pocos o nadie en la ACB tiene. Algún día romperá un tablero. Es, sin duda, un referente a quien buscar con el equipo atascado.

En su ‘debe’ se encuentra la defensa. Will es contundente en sus acciones de intimidación pero no suele estar a gusto en la defensa del uno por uno y llegar a las ayudas tampoco es lo suyo. Pero más que a falta de concentración o compromiso parece más un problema de saber defender. Por ello no comparto la opinión de quienes le acusan de indolente. Pero es sólo una opinión. Con todo esto, creo que si la situación continúa igual, McDonald, que no es tonto y sabe lo que hay, puede que comience a entrar psicológicamente en barrena como lo hicieron antes otros en Vitoria. Un jugador tan aprovechable no puede estar en un club de una forma tan desaprovechada, y parece que él lo sabe. Esperemos que Spahija vaya cambiando de opinión y de vez en cuando utilice a los dos pívots juntos.

Por fin cayó Troya

Ni mucho menos fue de la forma más brillante. Mejor. In extremis y al final del final logró por fin imponerse en unos últimos minutos ajustados. El Grupo Capitol Valladolid lanzó un jaque en los últimos compases del cuarto periodo pero el Baskonia supo empatar y forzar la prórroga. Antes de eso, reapareció otra de las cagadas de este equipo: no supo anotar con empate en una última posesión de 13 segundos.

Como en Barcelona, el Baskonia saltó en el tiempo añadido más despistado que su rival y se vio abajo en el marcador enseguida. Pero esta vez, los siete hombres de la rotación (esta vez fueron ocho con algunos minutos de Lucho Fernández) resistieron y se aplicaron en defensa. Con el agua al cuello y tres puntos abajo apareció, no sé si de forma mariana, Simas Jasaitis con dos triples que sentenciaron el partido. Esta inesperada incursión en el juego, la defensa final y un descomunal Tiago Splitter fueron las bazas de Spahija, que tal vez cuente con Rakocevic (su ausencia está demostrando que lejos de ser perjudicial para el equipo es muy necesario) para el próximo partido en Sevilla.

Como nota curiosa, Jasaitis pulverizó sus registros personales desde que está en Vitoria y sumó la increíble cifra de 10 puntos de valoración. Bromas aparte, ayudó en defensa y el rebote, cogiendo tres en el aro del Grupo Capitol. Esos 12 rebotes más que cogieron los gasteiztarras respecto a su rival dieron vida.

El 'Estu' se mueve

Vale que no visten de azulgrana. Tampoco son de Vitoria. Pero hay otro equipo al cual los baskonistas tenemos un brutal aprecio; el Estudiantes. La crisis institucional y sobre todo deportiva en el club del Ramiro de Maeztu es muy profunda. Su marcha en la ACB de momento está siendo bastante raquítica, siendo el último clasificado tras haber ganado 2 partidos y haber perdido 10. En estas, el club madrileño y su entrenador (un entrenador de la casa que ama al Estudiantes) Mariano de Pablos pactaron su salida del club para que entrara aire fresco que pudiera resucitar a los jugadores. Más o menos fue hace un mes, cuando un ídolo baskonista, Perasovic, llegó al Telefónica Arena. Desde entonces el Estudiantes parece haber aumentado su competitividad y sus jugadores parecen haberse comprometido mucho por la causa. Sin embargo, los madrileños siguen sin ganar.

Las causas de tanto problema vienen sobre todo del recorte del presupuesto en verano, cuando los nombres de los mismos fichajes anunciaban un bajón del listón de exigencia. Pero nadie se planteaba luchar por eludir el descenso. La dinámica actual parece la adecuada, el camino a seguir. Y aún no es tarde habiendo sobrepasado apenas el primer tercio de competición. Seguir en la ACB está a sólo dos partidos y 'Peras' parece que está encontrando la química del equipo.

Este año sólo he visto en directo dos veces al 'Estu', y las sensaciones no fueron buenas. Mi juicio, hecho desde cientos de kilómetros de distancia, me dice que lo que faltaba a este equipo era un líder, siendo un base anotador y un pívot grande y bruto la prioridad. El base parece estar en casa, aunque no cuenta con experiencia. El canterano Granger parece estar sorprendiendo y ha tenido una buena entrada en la ACB. De todas formas, en cualquier momento podría pinchar (ojalá no) dada su falta de veteranía, lo necesario en este momento.

Y otra causa por la que el 'Estu' sigue sin arrancar está siendo la bajísima aportación de algunos jugadores, siendo los casos más graves los de Urtasun y Suárez. El alero madrileño parece despertar, sobre todo en la última jornada en la que superó la veintena de puntos. El escolta navarro parece que corre el peligro de estancarse y entrar en barrena. Todas las maneras que apuntaba se están quedando y este jugador debe reinventarse, como lo hizo Vidal en la 'era Ivanovic' al pasar de diamante ofensivo a especialista defensivo. En esa búsqueda de identidad, Urtasun ha finalizado su vínculo con el Estudiantes y recalará en el Grupo Begar León, otros que quieren salvarse de la quema.

En su lugar ha llegado un alero con experiencia y que puede ser un grandísimo fichaje, Morandais. Jasen ha dejado de estar solo y ahora podrá rendir a mayor nivel. Y, además, Bermúdez parece compartir conmigo las necesidades estudiantiles y ha fichado a un pívot de altura (en todos los sentidos) al conseguir los servicios del ucraniano ex-NBA Vitaly Potapenko.

Creo que todos estos movimientos han sido un gran acierto y atienden a las necesidades reales de los madrileños y que, a partir de ahora, Perasovic podrá trabajar con unos buenos mimbres para salir sin problemas del pozo. Mucha suerte 'Estu'.

P.D. Cuelgo el vídeo que han editado para la ocasión:

Pete, el mesías

¿Lo hemos encontrado? ¿No lo hemos perdido? ¿Lo tenemos? ¿De qué hablo?

El Carácter Baskonia está actualmente algo en entredicho. En estas semanas de malos resultados y juego los baskonistas hemos visto cómo al equipo le faltaba la raza necesaria en los momentos adecuados; esa raza que hacía ganar partidos imposibles o no perder partidos in extremis. Al principio ese carácter no tenía un nombre propio. Eran el equipo gasteiztarra una escuadra indomable, que si perdía lo hacía lanzando un mordisco que marcaba a quien le consiguiera hacer hincar la rodilla con heridas de guerra. Posteriormente esa raza, sobre todo tras la marcha de Ivanovic, fue desapareciendo de forma colectiva y se comenzó a focalizar en ciertos nombres propios. El último de estos nombres, Luis Scola, emigró la temporada pasada. No seré el primero que diga que partidos como el de Murcia, Kaunas o el derbi contra el Bilbao Basket, con idéntico desarrollo, se habrían ganado en el 80% de los casos con Scola.

El problema llega cuando no tenemos ni un equipo ni un jugador con ese carácter. Prigioni dirán algunos. Sí, estoy de acuerdo en que Prigioni tiene un gran carácter, que siempre lucha. Pero a veces pierde la cabeza. Es un jugador que si no se encebollara en ALGUNOS finales ajustados, nos vendría tan bien como nos vino en la última final de Copa del Rey o en el desempate de cuartos de Euroliga en Atenas y frente al Panathinaikos. Al Pablo lo que es del Pablo. Pero a veces falla.



Bien. Pues parece que se empieza a ver la luz. Otro nombre propio se asoma como un líder. Alguien que en todos los lugares por donde ha pasado lo ha sido, pero que nunca ha obtenido más allá de los lugares donde militaba el reconocimiento merecido. Pete Mickeal está demostrando que es portador de esa sangre guerrera, que no se rinde, y que contagia a sus compañeros para guiarlos hacia la lucha. Cuando los demás se acobardan es él quien coge el yelmo y la espada y se planta frente a los gigantescos rivales. Imitándole, el resto de compañeros se crecen. Pero necesitan fijarse en él, en cómo cierra el rebote, cómo salta, cómo defiende en el uno por uno, cómo lanza el contraataque y cómo ataca el aro tan agresivo.

Desde el principio de temporada he ido destacando a Mickeal, junto a Teletovic, como el jugador más importante para el juego planteado por Spahija en este Tau (no digo que sea el mejor jugador del equipo, que tal vez). A la espera de ver cómo Singleton se acopla al equipo y viceversa, Mickeal es el líder sobre la cancha (Prigioni sigue siéndolo en el vestuario). Se lo ha ganado.

Efecto airbag

El equipo de Spahija, que no el propio entrenador croata, ha salvado el culo ganando al Olympiacos. Neven encaró el partido con aparente tranquilidad, la que le dio esta semana Kerejeta en una reunión cara a cara, como le gusta al máximo mandatario azulgrana. Con su apoyo y el de la parroquia gasteiztarra, Spahija y el equipo pudieron disputar el partido frente a los del Pireo con no más tensión de la que de por sí generan cuatro derrotas consecutivas en un club como el Baskonia.

Y lo cierto es que muchos parecía que veíamos la idéntica situación de los anteriores encuentros cuando, en el segundo cuarto, los griegos hacían añicos la ventaja de 10 puntos alavesa y pasaban a comandar el duelo. Incluso los de Gershon llegaron a ir por delante con una diferencia superior a los dos dígitos en el marcador y los nervios comenzaron a aflorar. Los síntomas eran los mismos, sobre todo procedentes por el mal momento de juego de Prigioni en la dirección y el desvío del punto de mira de Mirza Teletovic.

Pero esta vez los chicos azulgranas no llegaron a derrumbarse del todo y, cuando peor pintaba la cosa, Pete Mickeal se convirtió en el ejemplo a seguir por sus compañeros (merece que en breve escriba un artículo sobre su papel en este equipo) y su casta terminó por contagiar a todo el equipo, que se veía sin su principal referencia exterior por la lesión de Igor Rakocevic.

Dejar a un plantel como el Olympiacos en tan sólo cinco puntos en el cuarto final habla muy bien de la defensa local, en la que Planinic, Vidal, Mickeal, McDonald... estuvieron destacabilísimos. Y en ataque, pese a no encontrar demasiada clarividencia, Planinic supo cuándo jugarse los balones con acierto y se desenvolvió bien al mover el balón en estático. Los contraataques impulsados por los robos defensivos hicieron el resto.

En la última posesión los griegos lucharon por salvar el basket average (estaba en 5 puntos) pero de nuevo no supieron cómo atacar y no sólo se frustraron sus esperanzas, sino que el marcador llegó a una diferencia final de 11 puntos con un triple de Planinic sobre la bocina (75-64).

El orgullo del guerrero herido y la defensa que nació en una situación límite fueron, sin duda los artífices del triunfo que suaviza los efectos de esta crisis baskonista. Una defensa que recordó la de un animal herido que, en su agonía, saca fuerzas de donde no las tiene y lucha para salvar su honor, dando embestidas a la nada. Esta vez, estas embestidas azulgranas contactaron con el ataque del Olympiacos y, de forma inesperada, terminaron por sorprender al conjunto del odiadísimo 'Pini' Gershon.

Si el equipo vuelve a ir para arriba y vuelve a ser competitivo, cuando termine la competición mucha gente no se acordará de estas dos últimas semanas. Ojalá eso se cumpla.

Peligro inminente - Josu Larreategi

Josu Larreategi fue, junto a José Samaniego, entrenador ayudante del Baskonia en la época en la que nuestro equipo comenzaba a despuntar en el continente. Larreategi colabora cada semana escribiendo algún artículo en el NOTICIAS DE ÁLAVA bien sobre la actualidad del equipo bien aportando algún aspecto técnico visto desde el punto de vista del entrenador. Hoy Josu explica un interesante concepto.

Se trata de una clasificación ficticia en la que se fijan sobre todo los entrenadores para conocer un ratio; el que indica cuántos puntos anota un equipo por cada punto recibido. Cuelgo su explicación, con una breve alusión al caso baskonista:

http://www.noticiasdealava.com/ediciones/2007/12/11/deportes/baloncesto/d11bal44.790652.php

El año pasado, al finalizar la fase Regular y tras 34 jornadas disputadas, el TAU consiguió clasificarse en primer lugar. Ese primer puesto vino definido por el número de victorias conseguidas. A eso se le denomina clasificación real. Por otra parte, hay una clasificación hipotética que hacemos los entrenadores y que nos sirve para tener un control más exhaustivo de lo que sucede en nuestro equipo. En esa clasificación hipotética se valora tanto el rendimiento ofensivo como el defensivo del equipo.

Al rendimiento ofensivo, denominado OER, se le resta el rendimiento defensivo llamado DER y eso nos da un ratio para sacar la clasificación hipotética. El OER sale de sumar los T-2 +T-3+T-1: 2 y todo ello dividido entre los puntos conseguidos. De esa manera sacaremos el rendimiento que tenemos por cada posesión en ataque. El DER es lo contrario, pero con los tiros recibidos y puntos encajados. Normalmente entre los ocho primeros clasificados, la clasificación hipotética entre ellos con respecto a la real puede variar, pero nunca bajará más allá del octavo o noveno puesto. Es decir, cuanto mejor sea el valor que sale de restar el OER-DER, mejor será nuestra clasificación real.

El año pasado, el TAU fue el primero tras 34 jornadas en las dos clasificaciones con 0,133 de ratio. Fue el único de los equipos que coincidió la real con la hipotética. Este año, analizando las diez primeras jornadas, el Baskonia marcha en segundo lugar con un ratio de 0,15, sólo por detrás del Joventut que va primero con 0,18. Esto quiere decir que el TAU iba haciendo bien las cosas. La derrota contra el CSKA de Moscú está haciendo mucho daño al equipo baskonista. Estaban en un momento de forma extraordinario y la llegada del cuadro moscovita en Vitoria con ausencias tan importantes como Papaloukas, Siskauskas, Smodis, etc., hizo que el equipo pensase que la racha continuaría fácilmente. La demostración de los Andersen, Holden y compañía de lo que eran capaces de hacer dejó al TAU muy tocado. Desde entonces la defensa del conjunto baskonista no ha sido la misma.

En estas cuatro derrotas consecutivas ha encajado 20 puntos más de lo habitual por partido. Con esos parámetros, muy bien tienes que hacerlo en ataque para sacar los partidos adelante. Ahora le viene el Olympiacos con las mismas carencias. Para ganar, tiene que conseguir más de 86 puntos. Esperemos que el conjunto de Spahija consiga dejar su casillero en unos parámetros como en las diez primeras jornadas.

La que se está liando

Spahija. Con lo bien que ibas. Habías llevado al equipo donde se quería. Practicaba el juego adecuado para sus características. Dominaba el rebote, mostraba superioridad física a sus rivales, asfixiaba en defensa... Y cuando todavía se ponían mejor las cosas con la recuperación de Johnson y Jasaitis, todo se empieza a ir a la mierda. El partido de Murcia, en realidad, ya lo había visto en Kaunas o en el Buesa contra el Bilbao Basket.

De repente nadie defiende, los rebotes vuelan hacia los jugadores rivales, las rotaciones son más que discutibles, los mejores hombres de cada partido no juegan los minutos decisivos y palmamos los finales ajustados. A todo esto se une que el equipo rival ha ido muchas veces más que los nuestros a la línea de tiro libre donde, al contrario de lo que sucede con los baskonistas, obtienen buenos porcentajes generalmente. De la misma manera se han perdido cuatro partidos consecutivos y ahora llegan Olympiacos y Barcelona.

Pero ahora lo peor es que todo lo conseguido con las anteriores nueve victorias consecutivas, esa seguridad de ser un equipo invulnerable, se ha ido al garete. Cualquier equipo, por pequeño que sea, ahora sabe que el Baskonia se encuentra falto de una identidad y de fuerza mental (y de lo que tal vez sea peor, de un líder en el juego) y eso incitará a que se crezcan cuando jueguen contra los de Spahija. Ahora es cuando echo de menos a Scola, un verdadero líder y personificación del irreductible Carácter Baskonia que ahora mismo debe estar de vacaciones o, a lo mejor, en Houston, Chicago o Barcelona.

De todas formas, todas estas reflexiones pueden desaparecer de golpe y porrazo en una sola semana en caso de que los nuestros vencieran a Olympiacos y Barcelona; dos partidos difíciles en extremo. ¿Crucificará Macijauskas a Spahija?

Agárrense los machos

No descarto la cuarta. La cuarta derrota consecutiva. La cuarta puñalada. En esta semana los más empedernidos y optimistas forofos baskonistas nos hemos dado cuenta de que seguimos siendo el Baskonia. Las nueve victorias consecutivas, cosechadas en base a un juego angelical y una defensa inabordable, han desaparecido. Y eso que nos hacían pensar que el Baskonia pertenecía a ese mini-grupo de equipos elegidos. Pero no. Para contar a ese grupo de escuadras imbatibles sobran tres dedos de una mano, o lo que es lo mismo, vale con utilizar dos.

La verdad es que bajando del Planeta Marte, todas estas derrotas son 'encajables', aunque no por ello dejen de ser muy dolorosas. El Zalgiris Kaunas demostró que es un equipo muy correoso y difícil de batir en su cancha, aunque espero que en Buesa Arena reciba un buen correctivo. Me caen muy bien los lituanos, pero con la que han liado en el Baskonia... Y la que se puede armar como se pierda en una cancha nada fácil (sólo ha ganado el Real Madrid, en el último suspiro) en la que el Baskonia ya mordió el polvo el año pasado. El Murcia tiene una buena plantilla y contra los grandes, este tipo de equipos se crecen mucho en casa. Va a ser muy difícil superarles y que nadie descarte la cuarta derrota consecutiva. No es cuestión de ser optimista o pesimista, sino de ser realista y ver las cosas tal cual son y tal y como pueden suceder. Es posible perder en Murcia.

Para evitarlo será fundamental anular a sus dos mejores piezas, Triguero y Hunter. Confío en que Splitter sepa cómo cerrar el paso al pívot valenciano. Pero en cualquier caso será un duelo tan bonito como el que protagonizarán Mickeal y el carismático Kammerichs. ¿Dónde creo que nos van a freir? El base Thomas es de esos bases rápidos y técnicos que se le suelen dar muy mal para defender a Prigioni y Anton Gavel es otro que si tiene el día desde fuera puede anotar bastante. Además Fajardo creo que saldrá de su escaso protagonismo esta temporada y se crecerá frente a su antiguo club.

Si el Baskonia juega como sabe, ganará. Eso sí. Tengo un motivo de pesimismo: el equipo no sabe jugar los finales ajustados. Pero de eso ya hablaré otro día.

Tiago Splitter – ‘La torre’

En su último año en Vitoria, el pívot brasileño tiene aún que demostrar el potencial que ya ha dejado entrever y que le ha bastado para dar la temporada que viene el salto a la NBA, a los San Antonio Spurs. Da la sensación de que Tiago lleva toda la vida en la elite pero, mirando su carné de identidad, se puede ver que sólo tiene 22 años (cumplirá 23 el próximo 1 de enero). Y es que este rápido pívot de 2,12 metros comenzó a explotar muy joven a las órdenes de Dusko Ivanovic. Ésta es su quinta temporada en el Tau Cerámica Baskonia.

Recuerdo cuál fue el partido perfectamente (no el de su debut, sino el de su “exposición de habilidades”). Fue frente a aquel sorprendente Lucentum Alicante de finales del 2004 que marchaba como líder allá por la jornada 14. Era la segunda temporada de Tiago en Vitoria, después de que entrase a mitad del curso anterior para jugar con la primera plantilla baskonista. Splitter anotó 27 puntos y sumó 8 rebotes en sólo 23 minutos y llenó de esperanza a una afición que veía en él a un volcán que iba a entrar en erupción.

El enclenque y descoordinado chaval que llegó a Vitoria con 15 años había crecido y se había hecho mucho más fuerte. Reunía mucha altura, rapidez, defensa e intimidación. La grada se dio cuenta de que Tiago había crecido y que ya estaba listo para dar el salto de calidad; para ser un jugador importante.

Y en sus cinco temporadas en Vitoria eso ha sido Tiago Splitter; un jugador importante, sin dejar de dar la sensación de que su talento le podría hacer dar más de sí. Pero el brasileño siempre ha tenido la excusa de estar a la sombra de Luis Scola. Daba la casualidad de que cuando el argentino era baja, Splitter multiplicaba sus números. Y el mismo suceso se esperaba que ocurriera este año.

Splitter comenzó como un huracán la temporada, dominando e imponiendo su juego. Los espacios creados para él por Mirza Teletovic y su buena conexión con Pablo Prigioni favorecieron a su empuje inicial. Sin embargo, parece que no haber descansado en verano y haber jugado el Torneo de las Américas con su selección está empezando a pasarle factura y ahora mismo no se encuentra en un buen momento de forma.

El brasileño continúa siendo un jugador muy importante en la rotación azulgrana, pero parece que su progresión se ha estancado desde hace un par de temporadas. Además muchos le achacan algo de falta de ímpetu en algunas acciones en las que sigue pecando de novato. ¡Húndela ahí, Tiago! Es lo que suele escucharse en el pabellón cuando, en lugar de colgarse del aro, Splitter hace una inocente bandeja de fácil intimidación. Y en defensa también suele realizar a veces actos de pardillo. Por no hablar de su 56% en tiros libres.

Pero no nos engañemos. Splitter a sus 22 años es uno de los mejores pívots que hay en el continente y éste será el último año que se deje ver por Europa antes de recalar en San Antonio Spurs. Todos sus defectos son mejorables con trabajo y, con muchos años aún por delante y un duro proceso de aprendizaje en la NBA, Splitter irá a más.

After bite por favor

Todavía tengo urticaria. Si esta semana hubiera salido según lo planeado, seguramente sería un aficionado de un gigante del baloncesto europeo, de un súper-equipo más que candidato a todo. "Sólo" había que ganar al mermado CSKA y luego cumplir frente al iurbentia Bilbao Basket. Pero resulta que el Baskonia, como ningún equipo europeo salvo dos excepciones, no es perfecto.

Eso lo iba pensando mientras caminaba por la acera, mirando un gigante cartel publitario de lencería. Era ella, Charlize Theron, mi futura mujer, tumbada en una hamaca de nuestra casa de veraneo en Montecarlo. Mi única preocupación era a qué hora había quedado para jugar al póker. ¿Cómo se llamarían nuestros hijos? Y por no mirar al frente me comí una farola. Hostiazo grande. Pero tranquilos, queridos lectores. Después de un par de minutos aturdido, volví a mi estado normal y seguí caminando adonde me dirigía.

¿Estaba hablando del Baskonia? Vaya, no me acuerdo de lo que quería contar...