lunes, 3 de diciembre de 2007

After bite por favor

Todavía tengo urticaria. Si esta semana hubiera salido según lo planeado, seguramente sería un aficionado de un gigante del baloncesto europeo, de un súper-equipo más que candidato a todo. "Sólo" había que ganar al mermado CSKA y luego cumplir frente al iurbentia Bilbao Basket. Pero resulta que el Baskonia, como ningún equipo europeo salvo dos excepciones, no es perfecto.

Eso lo iba pensando mientras caminaba por la acera, mirando un gigante cartel publitario de lencería. Era ella, Charlize Theron, mi futura mujer, tumbada en una hamaca de nuestra casa de veraneo en Montecarlo. Mi única preocupación era a qué hora había quedado para jugar al póker. ¿Cómo se llamarían nuestros hijos? Y por no mirar al frente me comí una farola. Hostiazo grande. Pero tranquilos, queridos lectores. Después de un par de minutos aturdido, volví a mi estado normal y seguí caminando adonde me dirigía.

¿Estaba hablando del Baskonia? Vaya, no me acuerdo de lo que quería contar...

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