viernes, 24 de octubre de 2008

Agur, Bennett jauna

Son unos cuantos los aspectos interesantes que han poblado la actualidad baskonista esta última semana. Sin embargo, ha sido uno ajeno a la disciplina azulgrana el que ha llevado a todos los demás a la sombra; la retirada de Elmer Bennett. La buena victoria frente al Fenerbahçe en la inauguración de la Euroliga, la reaparición de Tiago Splitter y el esperpento jugado en Illumbe son los demás temas de la agenda baskonista. Pero nada, todo esto es una pequeñez ante la retirada de mi baskonista favorito junto a Luis Scola. Un grande no sólo del Tau, sino también de la historia de la ACB.

A sus casi 40 años, a 'Benito' han empezado a fallarle las piernas y él mismo ha decidido que había que poner fin a su historia de amor con el baloncesto. Llegó a Vitoria en 1998 al conjunto dirigido entonces por Sergio Scariolo, y desde entonces no ha parado de demostrar su clase. El de Evanston llegó a un club que comenzaba a asomarse con fuerza en la liga doméstica y que hacía sus primeras pruebas en la Euroliga. Al marchar, al finalizar la campaña 2002-03, las vitrinas baskonistas lucían una liga y dos copas del rey más, además de un subcampeonato liguero y otro europeo.

Bennett llegó a un club joven, con ganas de dar guerra, y cuando se marchó abandonó un cuerpo adulto, maduro, instalado en la elite. El paso de este maestro por Vitoria acabó aquella extraña campaña en la que las lesiones amenazaron con derribar el castillo construido. Un campeón de liga que sufrió situaciones surrealistas. Ese año, Bennett sólo pudo jugar seis veces con el Baskonia. En septiembre se lesionó en el tendón de Aquiles, y hasta febrero no reapareció (en Euroliga, justo el día que Art Long comenzó y finalizó su andadura como baskonista en la cancha del Zalgiris). Seis partidos de ACB más pudo disputar Bennett con el Tau después de hacerle campeón. Hasta que llegó el duelo de Euroliga frente al Bennetton de Treviso y, al intentar taponar a Pittis, Elmer sufrió la crueldad del deporte y se lesionó un dedo de la mano. No volvería a jugar para el Baskonia. Los que estábamos en el pabellón no sabíamos en aquel momento la trascendencia del asunto.

Y tiene narices, porque hacía unos pocos días que se había dado la baja a Jerome Allen, el que se alternó con un jovencísimo Calderón para parchear la posición de base hasta la reaparición del de Evanston. Ese año la posición de base tuvo otro hecho insólito en la final de la Copa: Gadou hizo que a todos se nos desorbitaran los ojos al ejercer de 'uno'. Desde luego que esa temporada merece un post que la recoja enterita.

Pero no restemos protagonismo a este fan de los Sixers de Philadelphia que maravilló a las gradas del Pabellón Araba primero y Buesa después. Con el Baskonia fue cuatro años el mejor repartiendo asistencias en la ACB y MVP de la primera final de liga ganada por el Tau en su historia y su segunda Copa del Rey, la de Valencia, donde se midió a otro grande: Andre Turner. Otras estampas históricas del base son la canasta que dio al Baskonia la Copa de Vitoria en la final frente al Barça o, menos importante pero sí increíble, el triple que tumbó a un poderosísimo Maccabi en Tel Aviv. Otra imagen: ver a Elmer comandando una de las mayores gestas baskonistas; la de la final de la Euroliga frente al Kinder de Bolonia.

Este gasteiztarra (con hijos nacidos en Txagorritxu, ¡ojo!) ha recibido la mayor ovación que he visto jamás en los partidos del Tau como local. Llegó con el Real Madrid, pero el Buesa entero se puso en pie al escuchar su nombre y le aplaudió durante cerca de un minuto. 'Benito' era un ídolo al que se le creyó jubilado mucho antes de tiempo. Aún le quedaron dos años repartiendo clases en Madrid, Badalona y otro más en Sevilla. Calderón, Huertas o Ricky Rubio son algunos de sus alumnos. La edad no importaba porque él ha gozado de físico, inteligencia, calidad, picardía y mucho carácter. Éste era de los que portaba el carácter Baskonia.

Muchos achacan a Querejeta que no renovar al de Evanston es uno de sus mayores errores como presidente. A la vista está que podía haber seguido rindiendo a tope. Lo único que le faltó fue marcharse ganando: en Vitoria y en Sevilla. Una inoporuna lesión se lo impidió en su segunda casa, pero sin duda que el cariño que se le guarda supondrá para él una gran victoria.


Elmer Bennett, Carácter Baskonia

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