domingo, 8 de junio de 2008

Los números del campeón


Ya se puede comenzar a analizar el año una vez pasada casi una semana desde que se consumara el mayor éxito baskonista desde el 2002. Hoy toca mirar hacia los números, las estadísticas del campeón. Veremos qué nos dicen.

Lo primero que hay que resaltar es que el Baskonia ha salido campeón tras finalizar cuarto la liga regular (22-12) pero después de un play-off casi inmaculado (balance de 7-1). De aquí se deduce lo que se ha ido comentando toda la temporada. El Tau ha sido un conjunto poco fiable durante la liga regular frente a rivales teóricamente mucho más débiles. La mayoría le hemos ido llamando irregularidad, pero me parece que es un término algo equivocado. EL BASKONIA HA MANTENIDO UNA TRAYECTORIA UNIFORME DURANTE LA LIGA REGULAR: BUENOS ENCUENTROS FRENTE A RIVALES FUERTES Y PARTIDOS ESPERPÉNTICOS FRENTE A LOS MODESTOS.

Perder dos veces frente a Manresa, una frente al León, Granada, Estudiantes o Murcia fue lo que puso en el disparadero todas las alarmas. Cierto es que algún desliz se puede tener, pero tantos tropiezos inesperados muestran una clara falta de actitud, motivación o preparación de jugadores y cuerpo técnico cuando el rival de enfrente no es de mucha entidad. Pero, ¿puede ser ésta una clave para que el equipo haya llegado tan entero a la recta final de la temporada? Eso es una hipótesis que no se puede probar, mientras que lo que sí es demostrable es que a priori los cruces iban a ser más difíciles por no disponer de factor cancha a favor.

Eso sí, una vez con el título la afición se ha olvidado de los pitos que muchos exhibieron en más de una ocasión y han decidido dejar de recordar estos desagradables traspiés. Mala memoria, o memoria selectiva.

Hay otros datos que revelan que el Baskonia no ha sido lo que ha parecido esta temporada. Un equipo irregular no finaliza la liga siendo el segundo máximo anotador (84,32 puntos), quinta mejor defensa 76,59, tercer mejor average entre puntos anotados y recibidos (+263), tercera mejor valoración (91,88) o, atención, con los mejores porcentajes en tiros de campo y en tiros triples (57,19% y 39,84%) y el mejor en pérdidas (12,35) y rebotes defensivos (23,85).

Los números no suelen reflejar muchas de las cosas que suceden sobre el parqué, pero los registros totales de una campaña sí dan una idea de por dónde flojea o no un equipo o incluso se puede desgranar su estilo de juego. En base a sus cifras, claramente empeoradas por esas derrotas inesperadas ante rivales netamente inferiores, se puede hacer una descripción acertada de lo que han sido los pilares del Baskonia.

El hecho de que los de Spahija hayan sido el segundo máximo anotador no hace más que reafirmar el gran talento ofensivo de una plantilla que cuenta con Planinic, Rakocevic, Mickeal, Teletovic, Splitter o McDonald como jugadores que en otros equipos podrían tener registros aún superiores en anotación. Spahija ha sabido conjuntarlos a la perfección y bajo la batuta de Prigioni el equipo ha exhibido una inmensa cantidad de recursos ofensivos que ha hecho que en pocos partidos la afición se acordara de Scola porque el equipo está atascado.

La excepción es aquella racha de partidos en los que el Tau llegó con las opciones intactas hasta el final pero que el bloqueo de última hora hizo que el atasco ofensivo y la mala defensa decantara el partido de cara de Joventut, Manresa o Partizan en Belgrado. Y este tremendo abanico de recursos ofensivos se refuerza al ver el dato de que los porcentajes de tiro de campo y de triples no son superados por ningún otro equipo de la ACB, lo que dice que el Tau ha sido el que mejor sabe atacar, no el que mejores tiradores tiene (que también puede ser). Este dato positivo es mérito de los encargados de configurar la plantilla además del entrenador y los jugadores, pues el equipo ha demostrado estar sobradamente compensado y ha sabido por dónde atacar cuando la situación lo requería según las debilidades del rival.

El dato de que la del Baskonia haya sido la quinta mejor defensa no es que sea extraordinario, pero sí que cuando realmente era necesaria, la maquinaria defensiva ha funcionado. Resalta aquí el hecho de que en los play-off el Baskonia sí consiguiera ser el que recibió menos puntos por partido (75,43). Y además de recibir pocos puntos, los de Spahija han sido los que más rebotes defensivos han barrido de la liga, lo que puede tener dos interpretaciones: que la gran defensa forzaba al contrario hacer tiros dificilísimos, y por otro lado, que la presencia de Pete Mickeal y Simas Jasaitis en la posición de alero ha dado cierta superioridad física a la plantilla baskonista sobre las rivales. Yo apuesto por una magnífica suma de las dos.

Y a todo, le sumamos que el Tau es el equipo con menos pérdidas de la liga. Pocas cosas más se pueden pedir. Desde luego, vemos que los números avalan al Baskonia como justo campeón de liga y le señalan como un equipo compensadísimo, lleno de recursos y que cuando ha sido necesario, ha sabido ejercer una impresionante defensa colectiva.

Desde luego, si me dieran a elegir para el año que viene, yo me quedaría con este mismo equipo, salvo algún retoque mínimo en el juego interior. Dos bases diferentes, dos escoltas diferentes, dos aleros altos diferentes, dos ala-pívot menos diferentes y dos pívots... bueno, Tiago Splitter y Will McDonald.

Mimbres de un campeón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo voy a hacer la reflexión (baldía en estos momentos):

Prefiero perder haciendo el ridículo contra el León (ke al final en una semana se te olvida), ke perder una final como la del Madrid (ke tres años después estamos en ello)

Gracias por el blog Jon, se te ha visto un poco inactivo al final de temporada, ¿te entrenaba ivanovic?jejejejejeje.

A ver como sigue esto...

jnaberasturi dijo...

Muy buena la de ivanovic jaja.

La verdad es que apenas tengo acceso a Internet y me está costando mucho poder actualizar más el blog, pero gracias a vosotros por seguir entrando.

Respecto a tu reflexión, pues creo que pienso igual, aunque si no hicieran el ridículo tan a menudo como este año tampoco me importaría nada.

Un saludo